José Abinadí Lara Pérez

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lunes, 14 de junio de 2010

entre una salida turbulenta y una mañana sin desayunar


ayer sali de mi casa camino a mi escuela, tomé un par de fotos y descubrí que ya era tarde, aunque por alguna razón las manecillas de mi reloj comenzaron a girar al lado contrario y me tranquilicé un poco ya que cada segundo era mas tamprano, di 8 pasos mas exactamente cuando de imprevisto el cielo se puso extremadamente negro y pedazos espaciales comenzaron a caer a lo lejos, al principio se veia interesante pero despues la tierra que estaba debajo de mis pies comenzo a desprenderse y la tierra explotó, solo cerré los ojos, al abrirlos me encontraba en una gran habitación blanca, no se notaba la diferencia entre el piso el techo y las paredes era como estar dentro de la nada, mi piel se comenzó a poner verde, roja, azul y naranja y tres seres extraños que de aspecto gelatinoso y transparentoso me observaban detenidamente, supe en ese instante que habia sido abducido nuevamente, ellos solo rieron, y cuando me di cuenta ya estaba afuera de mi escuela y eran 10 minutos antes de la hora de la que salí de mi casa, fuí el primero en llegar y nadie me creyó nada ni siquiera por que en vez de mano tenia implantada una pata de pollo conectada a mis nervios.
esa es una de las fotos que tomé ese dia.